¿Cómo orientarse en medio de una multitud de actores, donde cada uno pretende ser el mejor para formar en inglés a sus empleados? Explicaciones y consejos.
Para el responsable de formación de una gran empresa, cubrir las diversas necesidades de formación lingüística puede resultar un calvario. Pongámonos en su lugar un instante:
- Elijo este actor porque propone profesores en clases presenciales para mis sucursales de Barcelona y la Ciudad de México,
- Elijo este para nuestras necesidades de formación a distancia y aprendizaje digital,
- Elijo aquel otro que propone cursos de portugués, considerando nuestro acelerado desarrollo en Brasil,
- También elijo aquel, que resulta más eficaz para los auténticos principiantes,
- Y, por qué no, este actor low-cost que podrá servir para necesidades menos prioritarias.
Con respecto al aprendizaje de lenguas, la tarea de los responsables de formación sería muchos más sencilla si la elección estuviera limitada a tres o cuatro actores que propongan toda la gama de modalidades de formaciones lingüísticas, y que cada uno de ellos fuera competente en todas las modalidades. Así, bastaría con elegir un solo prestatario, y el problema estaría solucionado.
Ya que tratar de comparar un especialista del microlearning con un especialista de clases por teléfono sería como comparar un scooter con un coche. Para complicar aún más las cosas, cada actor pretende aportar una respuesta exhaustiva a todas las necesidades de formaciones lingüísticas, y no todos los actores pueden ser comparables.
¿Qué tipos de actores se encuentran en las listas de licitaciones?
Conviven dos mundos.
Los actores ancestrales son los más numerosos: se trata de las escuelas de lenguas tradicionales. En España representan más de una centena, y son los ardientes defensores de los cursos presenciales, llevados cabo en la propia empresa o en su instituto. Las tarifas son elevadas, y son los principales responsables que hacen que los alumnos no conciban otro modo de formación que cara a cara, con un formador que los atienda personalmente.
La demanda del mercado obliga entonces a las escuelas tradicionales a proponer también aprendizaje digital, como complemento, ya sea elaborado por ellos (a menudo rudimentario), o por especialistas. En ambos casos, intentan convencer al cliente de reducir al máximo la parte de formación a distancia, ya que sus ganancias se centran en los cursos presenciales.
La formación a distancia se reduce entonces a una variable de ajuste.
Luego, vienen los actores especialistas de la formación a distancia. La mayoría de ellos proponen aprendizaje digital y cursos por teléfono, con o sin videoconferencia. Algunos cuentan con una fuerte especialización en aprendizaje digital, y otros se especializan más en cursos individuales a distancia. A veces, el aprendizaje digital se ha desarrollado tardíamente, con los medios disponibles, para estar en condiciones de proponer una oferta “completa". A tal punto que el aprendizaje en línea a veces es gratuito… ¡muy poco fiable!
Quizás os preguntéis por qué no existen actores que cuenten con una excelente oferta, tanto en “auténtica formación presencial”como en “formación presencial a distancia”y “aprendizaje digital”.
Existen diversas razones:
En primer lugar, se trata de dos trabajos diferentes: el aprendizaje digital requiere medios y competencias tecnológicas elevadas, y raras son las escuelas de idiomas que se arriesgan a esto.
- Por otro lado, los actores de la formación a distancia, cuya vocación es brindar formación a cualquier empresa, más allá de su ubicación geográfica, no están en condiciones de tener múltiples centros de formación, dispersos por el mundo.
- Por lo tanto, muchos actores no proponen todas las modalidades indispensables para el aprendizaje de lenguas. Ciertos actores generalistas intentan hacer todo, pero en dichos casos los recursos humanos constatan que no son los más competentes en las diversas modalidades de aprendizaje (presencial vs. digital).
En consecuencia, estas dos grandes categorías de actores regularmente trabajan en estrecha colaboración. En efecto, la cultura de la “auténtica formación presencial”aún está muy vigente y, paralelamente, la formación a distancia se ha vuelto indispensable. La homogeneidad de la formación a veces se resiente, ya que las pasarelas pedagógicas entre cada modalidad no siempre son naturales. El seguimiento y el informe global distan mucho de ser homogéneos. El SGA (sistema de gestión de aprendizaje) del cliente es sometido a una dura prueba, entre los actores de la formación presencial que no lo utilizan y ciertos actores de la formación a distancia que no son compatibles.
Mientras esperan que las empresas den definitivamente el paso hacia el “todo a distancia”, los responsables de formación suelen limitarse a tratar de combinar la “auténtica formación presencial” con el “aprendizaje digital con o sin cursos individuales a distancia”.
Y, como si esto fuera poco, cuando se trata de un curso individual los prestatarios consideran el “precio de la hora de formación”, mientras que, para las formaciones con aprendizaje digital, consideran el “precio de la licencia”. Por lo tanto, esto genera soluciones de aprendizaje digital de“gama baja”, donde el alumno no aprende nada, o muy poco. La confusión reinante en materia de precios es reemplazada por una opacidad total en el momento de considerar la “eficacia cuantificada (progresos esperados)”de los cursos individuales o del aprendizaje digital.
¿Cuál es la tendencia?
Cada vez más, las grandes empresas cuentan con sucursales diseminadas en un mismo país, o en uno o varios continentes: para un prestatario de cursos presenciales resulta imposible cubrir geográficamente todo el planeta, o incluso todo el país. Además, los cursos presenciales son los más costosos y los menos flexibles (traslados, reserva y anulación de cursos, gestión de disponibilidad de salas para cursos, etc.).
Hasta hace diez años, primero se elegía un actor de cursos presenciales y luego se completaba con un actor de la formación a distancia.
Pero la tendencia se invierte, ya que:
- los cursos presenciales viven principalmente de una inercia cultural importante [una clase => un profesor a dos metros de casa], que tiende a atenuarse;
- los cursos a distancia en videoconferencia a veces ofrecen una experiencia superior a la de los cursos presenciales;
- el problema de la cobertura geográfica, el precio de los cursos presenciales y su falta de flexibilidad son algunas de las dificultades cada vez más presentes
Así, los responsables de formación tienden a elegir un actor de la formación a distancia que cubra la casi totalidad de las necesidades, y uno o varios prestatarios presenciales complementarios, si es necesario, para satisfacer a los intransigentes e incondicionales de la formación presencial.
Algunos consejos
Obviamente, nuestra neutralidad es cuestionable. Sin embargo, así como para Elon Musk (Tesla, Space X) la desaparición de los motores de gasolina es indiscutible, los cursos presenciales presentan suficientes dificultades como para que corran la misma suerte.
Los actores de la formación a distancia (cursos individuales en videoconferencia + aprendizaje digital) cubren del 90 al 100 % de las necesidades. Por lo tanto, sería lógico comenzar por elegir uno de ellos y luego completar la oferta con el actor que falte, si es necesario.
Sin embargo, no todos los prestatarios de formaciones a distancia son iguales. Algunos tienen un posicionamiento de “gama baja”:
- Ya sea sobre los cursos individuales,
- O sobre el aprendizaje digital.
Para estos prestatarios, la eficacia casi no existe, y su relación “precio/progresos realizados”al final resulta muy elevada, pero eso recién se evidencia “después”. ¡Esto contribuye a disuadir a los responsables de formación de decidirse por una “formación a distancia” exclusiva!
Para comprender mejor los entretelones de los proveedores de formaciones lingüísticas, recomendamos leer los siguientes artículos antes de elegir un proveedor de cursos individuales y de aprendizaje digital:
- Precio de un curso de inglés individual. ¿Por qué varía tanto, hasta triplicarse?
- La verdad sobre los precios de las licencias de aprendizaje digital.
La posición de 7Speaking7Speaking es un actor de la formación à distancia que utiliza dos modalidades:
Enseñamos cinco lenguas (inglés, español, francés, alemán e italiano), y nuestras interfaces están traducidas en doce lenguas. Esta oferta completa generalmente permite cubrir de manera exhaustiva todas las necesidades de las empresas, independientemente de dónde se encuentren los alumnos para formar. Nuestros cursos individuales son “cursos presenciales a distancia”, ya que se desarrollan cara a cara, con una pantalla de por medio: el lenguaje corporal, la comunicación extraverbal y la interactividad están perfectamente presentes. Las herramientas para compartir documentos y la pizarra blanca permiten animar y enriquecer la clase. La experiencia, entonces, se asemeja mucho a una “auténtica” clase presencial, además de ofrecer múltiples ventajas: logística, precios y flexibilidad.
Finalmente, las clases individuales, las clases colectivas y el aprendizaje digital forman un conjunto. La plataforma ha sido elaborada para formar una unidad pedagógica que explote plenamente las sinergias y la complementariedad naturalmente existentes entre las modalidades. Conscientes de que ciertos clientes seguirán siendo fieles a las escuelas de idiomas tradicionales, proponemos una interfaz dedicada a profesores de cursos presenciales provenientes de escuelas de idiomas asociadas. Permite a los profesores de cursos presenciales interactuar de modo eficaz con sus alumnos. Además de utilizarse para el seguimiento de las actividades realizadas y los progresos de los alumnos, el profesor puede asignar actividades e instrucciones personalizadas individualmente. En tal caso, ya no se trata de pasarelas pedagógicas entre las diferentes modalidades de formación, sino de formación multicanal coherente. |