Las licitaciones para elegir una formación lingüística privilegian cada vez más la formación denominada Blended Learning o aprendizaje semipresencial, un dispositivo pedagógico que incluye diferentes modalidades: formación presencial, clases por teléfono, autoformación, Social Learning, etc.
En un campo que ofrece innovaciones tecnológicas y pedagógicas diarias, la diversidad de dispositivos disponibles dificulta la tarea de elegir un proveedor de formaciones lingüísticas.
A continuación, tres consejos sobre algunos parámetros claves para considerar con el fin de optimizar la elección:
Los dispositivos más eficaces son aquellos que no consideran el Blended Learning como une yuxtaposición de herramientas y medios pedagógicos, sino como un entorno centrado en el estudiante.
Albert Einstein decía: “La locura es hacer la misma cosa una y otra vez, y esperar resultados diferentes”.
En otros términos, no ampliar el campo de las posibilidades equivale a perennizar el resultado que se busca mejorar.
Por lo tanto, conviene ser lo más abierto posible con respecto al dispositivo pedagógico esperado, y dar libertad a los prestadores para proponer los dispositivos que consideren más adaptados a las exigencias del contratante, en términos de resultados y eficacia.
El éxito de una combinación autoformación / profesores / Social Learning no depende únicamente de la calidad individual de cada uno de los componentes sino, sobre todo, de la forma en que cada componente interactúa con el resto.
Por esta razón, se habla de ecosistema de formación lingüística.
Así, el papel de un profesor puede ser muy variable, según cada dispositivo. Puede ser un auténtico consejero pedagógico que optimice la actividad de aprendizaje del alumno, o simplemente un interlocutor para practicar la expresión oral, reemplazable por una red social de aprendizaje dinámico.
No todas las soluciones de autoformación tienen el mismo nivel.
Una solución de e-learning (aprendizaje en línea) básica será más barata, pero deberá complementarse con numerosas soluciones costosas de motivación extrínseca (recordatorios telefónicos, implicación de los directores, recursos sistemático a profesores).
El prestador debe poder armar un modelo de negocio que satisfaga al contratante. Para ello, debe contar con los siguientes elementos:
La mejor manera de detallar estos puntos es realizar un balance previo de las necesidades y las competencias.
Es fundamental conocer la volumetría.
En un enfoque de e-learning (aprendizaje en línea), e incluso de Blended Learning, el potencial de economías de escala es particularmente importante.
Si no se conoce el número de estudiantes, el licitador no puede proponer su mejor precio. En efecto, al no poder calcular las economías de escala realizables, necesariamente debe conservar un margen de seguridad suficiente.
Las necesidades son muy diferentes, según las competencias lingüísticas de los alumnos; por ejemplo, el recurso a profesores (el elemento más costoso de un dispositivo) puede variar enormemente, en función del nivel inicial y del objetivo de progreso.
Los costes de formación lingüística no son idénticos para todas las poblaciones. Reconocerlo significa estar dispuesto a reconsiderar las prioridades de formación: qué poblaciones formar en prioridad para maximizar el retorno sobre la inversión (ROI).
Las competencias en inglés comenzarán a tener un impacto positivo para la productividad de la empresa a partir de un nivel B2. Con un nivel inferior, sería ilusorio esperar resultados tangibles sobre la eficacia profesional del colaborador.
La formación presencial en sala acumula todos los inconvenientes logísticos: la disponibilidad de una sala, un profesor y un conjunto de estudiantes de nivel homogéneo, en el mismo momento, en un lugar preciso. Otras soluciones, de formación a distancia, son igualmente eficaces (clases individuales, clases de conversación en videoconferencia, etc.).
La limitación de tiempo es un elemento importante para definir. Según la ALTE, se necesitan alrededor de doscientas horas de formación con métodos tradicionales para pasar del nivel B1 al B2. También se sabe que una formación demasiado corta (menos de 6 meses) no permite consolidar los aprendizajes lingüísticos de manera óptima. El horizonte habitual de la empresa es el año (ejercicio contable, entrevista anual de evaluación…): Además, es una duración correcta para el aprendizaje de lenguas.
Con las nuevas tecnologías y el aporte de las ciencias cognitivas, la formación atraviesa una transformación profunda y pasa progresivamente de ser una obligación de medios a una obligación de resultados.
Condicionar una parte de los pagos al logro de resultados es económicamente imposible en la formación clásica cara a cara, ya que los prestadores deben pagar los profesores a medida que brinden sus prestaciones.
Con el Blended Learning se puede condicionar una parte de los pagos a la obtención de resultados:
Por supuesto, el precio es un criterio de elección importante, pero debe considerarse en función de un objetivo para alcanzar por población tipo y no por modalidad pedagógica. Asimismo, se debe tener en cuenta la credibilidad y la seriedad pedagógica de los dispositivos propuestos.
El enfoque piloto sobre una población reducida puede dar una idea de la pertinencia pedagógica de la propuesta y abrir un abanico más amplio de modalidades de formación.