La clase virtual es un dispositivo técnico-pedagógico a distancia que ofrece a un grupo de alumnos una experiencia cercana a la formación en inglés presencial en grupo. Utilizada adecuadamente, puede tener efectos pedagógicos y económicos pertinentes.
Desgraciadamente, observamos cada vez más derivaciones «marketing» de esta herramienta, las cuales conducen a resultados desastrosos tanto desde un punto de vista pedagógico (eficacia, motivación...) como económico.
Evocamos aquí el caso de la formación en inglés ya que es la más solicitada, pero nuestro análisis puede aplicarse por igual a la formación de idiomas en general.
En principio, la clase virtual combina las principales ventajas de la formación colectiva y presencial con las ventajas logísticas de la formación a distancia: rapidez de las interacciones, organización simplificada y sobre todo la dinámica de grupo.
Numerosos estudios demuestran que, en condiciones equivalentes, formación en clase virtual y formación presencial obtienen resultados equivalentes.
Los resultados de ambas son impactados de manera idéntica por las condiciones en las que se realiza la formación. Las buenas condiciones son:
Con estas condiciones, la clase presencial, como la clase virtual, hace surgir una identidad de grupo que permite a cada uno sacar provecho de la energía de cohesión para construir vínculos y producir saberes juntos.
La idea de una clase virtual accesible permanentemente para aprender un idioma es a priori seductora. Muchas soluciones de formación a distancia la proponen incluida en el precio de su paquete “e-learning”. Desgraciadamente, como veremos, esta práctica le quita a la clase virtual sus ventajas pedagógicas y resulta ser un mal cálculo económico.
El profesor es el jefe de orquesta del grupo, define metas comunes, insufla una atmósfera propicia al aprendizaje y a la colaboración.
Este complejo trabajo necesita de grandes cualidades humanas y profesionales.
En una formación de grupo, la primera sesión juega siempre un papel muy particular, se trata de conocerse, de tranquilizar a los alumnos, de establecer vínculos de confianza, de definir el proyecto común del grupo y de establecer sus reglas de funcionamiento. Encontramos aquí los primeros niveles de la pirámide de Maslow (necesidades fisiológicas, seguridad, reconocimiento social).
Cuando una clase virtual es en acceso libre, el profesor y los alumnos se encuentran siempre con un grupo que no conocen. ¡Cada vez es como el primer día del curso! Algunos utilizan la interfaz de la clase virtual por primera vez y deben apropiarse la herramienta. Durante una sesión de una hora, el trabajo necesario de socialización previa a la constitución de un grupo ocupa la mitad del tiempo, y todo ese trabajo se pierde al terminar la sesión.
La clase virtual en libre-servicio se transforma rápidamente en espacio de discusión semi-abierta en la lengua de aprendizaje.
Los participantes abandonan con más frecuencia la sesión antes de acabar, lo que perturba al conjunto del grupo. Sin hablar de algunas clases en las que los alumnos pueden unirse al curso una vez comenzado.
Incluido la mayor parte del tiempo en el precio de una plataforma de e-learning , el coste de una clase virtual disponible 24/7 parece indoloro a ojos de los departamentos de compra: efectivamente, los proveedores proponen la expresión oral en acceso ilimitado con lo que la plataforma “e-learning” cubre, en principio, todas las necesidades. Y esto dispensa teóricamente de invertir en cursos colectivos más estructurados, o en cursos individuales.
Como lo hemos visto anteriormente, de una hora de clase virtual 24/7, la primera media hora está consagrada a poner en marcha una dinámica de grupo y la segunda media hora a discusiones abiertas. Si las formaciones se realizan durante el tiempo de trabajo, el coste del tiempo invertido es muy superior a la ganancia pedagógica. Los aprendientes no suelen seguir mucho este tipo de formaciones, motivo por el cual sonengañosamente económicas para la empresa.
El proveedor, por su parte, anticipa el bajo porcentaje de participación y, contando con un número muy reducido de participantes puede incluir «gratuitamente» la clase virtual en su fórmula, puesto que necesitará un número muy reducido de profesores para animarla las 24 horas los 7 días a la semana.
Las clases virtuales en acceso libre son poco utilizadas y desmotivan a los alumnos que, por una parte, se sienten culpables por no utilizar esta herramienta para mejorar su expresión oral y por otra, se crean una visión negativa de la clase virtual y de la formación a distancia en general. Efecto colateral: los buenos profesores se desaniman porque la experiencia humana y pedagógica es muy frustrante.
Las clases virtuales 24/7 pueden así perjudicar la eficiencia global de un dispositivo de formación y hacerlo menos pertinente desde un punto de vista económico.
La clase virtual propuesta sin suplemento de precio en las fórmulas de e-learning es contraproductiva. La promesa de beneficiarse gratuitamente de clases de expresión oral es muy seductora para los compradores, pero la calidad no cumple las expectativas y los usuarios se desaniman rápido y dejan de utilizarla. Esto da una imagen muy negativa del e-learning. La calidad tiene un coste, el del número de profesores competentes destinados a la animación de la clase.
La clase virtual estructurada y planificada de antemano funciona muy bien desde un punto de vista pedagógico en la medida en que se basa en grupos homogéneos que se encuentran a lo largo de varias sesiones. Se aconseja realizar grupos por nivel, centros de interés profesionales, en “intra” o en “inter”. Este tipo de formación es más económico que la formación presencial por razones logísticas, en cambio, no genera una economía de escala.
La calidad del profesor y la homogeneidad de los grupos son los únicos garantes de un buen retorno de inversión.
Las clases individuales a distancia con un profesor representan un coste facial indiscutible, pero atribuidos de una forma bien reflexionada, su rendimiento es satisfactorio tanto en el aspecto de la motivación como en la mejora de la expresión oral.
La clase virtual como tal es tan sólo una de las múltiples herramientas de formación. Para que sea económicamente pertinente debe ser utilizada con moderación y en buenas condiciones.
Cada componente del dispositivo de “Blended Learning” posee ventajas e inconvenientes. Por consiguiente, en función de los objetivos deseados por cada alumno, se dará prioridad a uno u otro.