Está de moda hablar de las ciencias cognitivas. Pero... ¿qué son y cuál es su impacto en el aprendizaje de idiomas (inglés, español, francés...)?
Una gran mayoría de los profesionales en España y América Latina no domina el inglés, a pesar de todas las horas que pasaron aprendiéndolo durante la enseñanza secundaria, después del bachillerato y en la empresa.
Cierto, aprender un idioma no es algo que se consiga de un día para otro, pero sí podemos constatar la poca eficiencia de los métodos tradicionales de enseñanza de idiomas.
Nicholas Negroponte, creador del Medialab del MIT, prevé que dentro de 30 años podremos aprender un idioma simplemente tomándonos una píldora. Mientras tanto, gracias a los descubrimientos recientes en ciencias cognitivas, hoy sabemos cómo aprender un idioma extranjero de forma rápida y perenne.
Incluyen principalmente:
Según la ley de Moore (la cual habla sobre la duplicación de la potencia de los procesadores cada 18 meses), la informática es la gran revolución de la segunda mitad del siglo XX y principios del XXI. Sus repercusiones son patentes en casi todos los campos científicos.
Gracias a sus capacidades de cálculo, la informática permite a las neurociencias «ver el pensamiento» (gran parte de esto gracias a la imaginería cerebral) y medir científicamente el impacto del aprendizaje en el cerebro.
Ahora es posible observar el córtex cerebral, grabar e interpretar los impulsos eléctricos que genera.
El cerebro es una estructura de increíble complejidad: 86 miles de millones de neuronas conectadas entre sí por una multitud de sinapsis. Es por eso que la informática juega un papel tan importante en el tratamiento de esta gran cantidad de información.
Uno de los campos de investigación en neurociencias se llama las neurociencias computacionales.
«Lanzado en 2013 por la Unión Europea, el “Humain Brain Project” tiene como finalidad la modelización del funcionamiento del cerebro humano en sus más ínfimos detalles. En él están implicados 120 laboratorios europeos, además de colaboradores del mundo entero. Su objetivo: lograr la modelización del funcionamiento de un cerebro entero de ratón (71 millones de neuronas) en 2020, y del cerebro humano (86 miles de millones de neuronas) en 2024» La Recherche
El proyecto es de suma importancia ya que nos daría la posibilidad de entender mejor el cerebro humano: la necesidad de aprender más rápido y de forma duradera es acuciante cuando la información es abundante y el tiempo disponible para asimilarla y utilizarla de forma creativa es limitado.
Actualmente existen numerosos métodos pedagógicos elaborados en el marco de la lingüística y de la psicología, los cuales se apoyan y se explican por las neurociencias.
Los procesos de motivación, de concentración y de memorización son mucho más comprensibles y de esta manera se pueden construir dispositivos de formación sumamente eficaces.
La lingüística es la disciplina que se ocupa del estudio del lenguaje. A diferencia de la gramática, no es prescriptiva, sino descriptiva.
La lingüística puede subdividirse en varias disciplinas:
Existe una sinergia entre la lingüística y la informática:, el T.A.L. (Tratamiento Automático de la Lengua) o Natural Language Processing (NLP). El T.A.L. tiene como objetivo el desarrollo de software, programas o funcionalidades informáticas capaces de tratar de forma automática datos lingüísticos.
Para el tratamiento informático de dichos datos, hay que explicitar primero las reglas de la lengua, gracias a la lingüística, representarlas de manera formal, y finalmente implementarlas con ayuda de programas informáticos.
Sin ser exhaustivos, los campos de aplicación del T.A.L son:
Hoy día, estamos inconscientemente confrontados a todo esto y utilizamos intuitivamente aplicaciones o programas que integran el T.A.L.
Ejemplo: Sentado en el tren, el nombre de la próxima parada resuena en los vagones, mientras escribo un SMS en mi móvil, el sistema T9 me propone automáticamente los términos al teclear los primeros caracteres.
Por supuesto el T.A.L. también se aplica al aprendizaje de idiomas, la aplicación directa ha recibido el nombre acrónimo de A.L.A.O.: Aprendizaje de Lenguas Asistido por Ordenador o Computer-assisted Language Learning (CALL)
Entre 1990 y 2000, varios softwares de A.L.A.O. o CALL vieron la luz: los resultados obtenidos no fueron los esperados. La falta de seguimiento, de orientación y de «humanidad» en dichos sistemas de aprendizaje han sido considerados los responsables de unos resultados más que modestos: como origen de esto surgió el nacimiento de las nociones de tutoría y de formación abierta a distancia.
Sin embargo, se olvidó un dominio mayor de la lingüística en la consideración del objeto lengua: ¡la semántica!
En los últimos 15 años, se ha recorrido un largo camino: hablar con el smartphone o con la tablet para preguntarle qué tiempo vamos a tener, hacerles preguntas a consejeros virtuales en las páginas web, se ha vuelto algo cada vez más natural....
Skype ya ofrece una herramienta de traducción oral simultánea del inglés al español y viceversa. Sin embargo, el recurso a lo humano en el aprendizaje de un idioma continúa siendo necesario: comunicación no verbal, ironía, matices, precisiones, sarcasmos o bromas, etc.
Se considera que harán falta aún decenas de años para poder liberarse del aprendizaje del inglés para interacciones profesionales en las que la exactitud es fundamental (negociaciones, aspectos técnicos, etc.).